Vivienne westwood, la reina del punk.

Recuerdo que hace muchos años, cuando aun tenía el placer de compartir el aula con Tarantina, nos tocó hacer el típico trabajo biográfico de los diseñadores más influyentes. Obviamente, como todos, crucé los dedos para que me tocara alguno de esos mítico diseñadores con los que todos nos identificamos a penas entramos en la facultad. Una Chanel, un Dior, un Yves Saint Laurent o incluso un Karl Lagerfel me hubiese venido bien. 


Pero no fue el caso, imagínense mi decepción cuando enfrente mío el nombre de Vivienne Westwood aparecía. 

Sid Vicious” me dijo una compañera, y yo no pude evitar una mueca de desagrado. En ese época los celulares aún no tenían Internet casi, pero la imagen de esa señora entrada en años y con el pelo naranja me acompañaría hasta llegar a mi casa.

Pensé en que ese trabajo era un fiasco y que no iba a tener manera de remontar esa exposición. Que equivocada estaba! Vivienne Westwood fue la clara demostración, en mi vida, de que existen los amores a segundas vistas.


Y yo ahora te pregunto: ¿Cuantos años tenes? ¿20, 25, 30, 40, 50? Si hoy te dijeran que le dieras un último vistazo a tu vida porque está a punto de cambiar para siempre. ¿Lo creerías? 

Vivienne no fue como otros diseñadores que desde la cuna supieron lo que querían ser. Ella primero fue maestra, primero fue madre y esposa y luego, cuando su vida ya parecía encaminada fue Vivienne Westwood.

Eso fue lo que me alucinó. Que una mujer que ya parecía tener toda su vida encasillada, toda su vida planificada, tiró todo por la borda y fue tras un nuevo sueño.


Hija de Gordon y Dora Swire, se crío en el seno de una familia trabajadora. Y aunque cuando se mudaron a Londres tuvo un primer acercamiento al arte, estudiando diseño de joyas, termino desistiendo e iniciando la carrera de magisterio. Mediante la cual se convertiría en maestra de nivel primario. Por esa misma época conocería a Derek Westwood, con quien tendría un hijo, Benjamin, y de quien tomaría el nombre artístico que la acompañaría toda su vida.

Unos años después, cuando su vida parecía ya escrita, conocería a Malcolm McLaren, por quien se separaría de su esposo y con quien tendría un segundo hijo. Iniciando una relación tormentosa y enfermiza, que la condicionaría hasta el día de hoy.


Pero de esa misma pareja, nacería el semillero de lo que sería la estética punk en Londres: "Sex". Una tienda donde el concepto predominante fue hacer indumentaria anti-fashion. EL cuero, el lurex, las cadenas y la estética con influencias sadomasoquistas fueron sus principales recursos. Mediante los cuales empezaron a posicionarse y a hacer conocidos. Para su suerte, casi simultáneamente, McLaren se convierte en el manager de una banda en pleno crecimiento: los "Sex Pistols". Los cuales deciden empezar a utilizar los diseños de Vivienne, llevándola inmediatamente al centro de todos los focos.

Después de eso pasaría casi diez años realizando colecciones junto a su socio. Para recién en 1984, disolver esa sociedad, separarse emocionalmente de él y lanzar por primera vez su propia linea de manera individual.


Y a partir de ahí Vivienne Westwood, sería lo que es hoy: la indiscutible reina del punk.

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